A R G U M E N T A C I O N
Un
argumento enunciado es un conjunto de proposiciones o enunciados de los cuales
uno es la conclusión (esto se refiere a que normalmente es la idea que queremos
defender o demostrar) y el resto funcionan a favor de la conclusión o premisas.
Por lo tanto hace referencia tanto a la expresión corporal como
a la manual o escrita como a la teatral. En ambos casos, el texto argumentativo
tiene como objetivo muy claro "atacar" o defender una opinión
mediante justificaciones o razones con el fin de persuadir o convencer al
receptor. La finalidad del emisor puede ser probar o demostrar una idea o
tesis, refutar la contraria, o bien persuadir o disuadir al receptor sobre
determinados comportamientos, hechos o ideas como argumentos.
Por ejemplo cuando participamos en una discusión y
opinamos, estas opiniones por lo general están apoyadas en hechos, datos,
experiencias, opiniones de otras personas, conceptos, citas o frases, y cuando
hacemos esto sencillamente estamos argumentando, y lo hacemos para apoyar
atacar o demostrar la opinión y sea aceptada
Para dar una argumentación se pasa por 4 fases
Introducción: se expresa el tema que se va a tratar
y la postura que se va a tomar se usan recursos como narración de hechos y
citas textuales
Tesis es la idea que se intenta demostrar o de la
que se intenta convencer
Argumentación: son las razones para validar la
tesis y se usan analogías, preguntas retoricas, citas de autoridad, datos y
cifras.
Conclusión: reitera la tesis, recapitula ideas
principales, resalta consecuencias, propone plan, señala pendientes y termina
con una reflexión.
No es lineal
La interpretación de los textos argumentativos se
basa en reconocer tesis y postura, identificar argumentos y verificar la
síntesis.
Para resumir argumentar es defender o apoyar una idea, dar razones verdaderas y
concluir con resumen, reiteración o reflexión.
La argumentación se utiliza normalmente para
desarrollar temas que se prestan a controversia, y su objetivo fundamental es
ofrecer una información lo más completa posible, a la vez que intentar
persuadir al lector u oyente mediante un razonamiento.
Por ejemplo, María le dice a Juan: Deja de fumar,
que te vas a destrozar los pulmones. María ha expresado una petición
argumentándola (el tabaco perjudica los pulmones) para así justificar la
conclusión a la que quiere llegar: No hay que fumar.
Si la persona que argumenta conoce en profundidad
el tema del que habla, diremos que es un emisor cualificado. En cambio, cuando
el hablante que argumenta transmite un mensaje elaborado por otros (los
testimonios de famosos en la publicidad, por ejemplo), diremos que es un emisor
interpuesto.
La
argumentación y la exposición están estrechamente relacionadas: se expone para
informar de algo y esta exposición se puede argumentar para convencer y
persuadir de alguna propuesta. Ambas se pueden presentar de forma
independiente. Sin embargo, frecuentemente se unen para formar textos expositivo-argumentativo:
editoriales, reportajes, ensayos, críticas, informes, solicitudes, alegaciones,
opiniones, tesis, sentencias...
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